En los países en los que surgen comunidades nacionales y se consolidan Estados sobre una base mono o poliétnica, las ideologías nacionales desempeñan un importante papel político. Las ideologías de este tipo expresan las demandas políticas de los ciudadanos cuyos intereses para mejorar su estatus social están vinculados a su nacionalidad. Un ejemplo de la ideología nacional más ortodoxa es el fascismo. Hoy en día, la ciencia política tiene una doble comprensión del fascismo. Algunos estudiosos lo entienden como una variedad particular de ideologías políticas que surgieron en Italia, Alemania y España en los años 2030 de este siglo y que sirvieron como salida populista a la crisis de posguerra en esos países. El fundador del fascismo fue el antiguo líder de los socialistas italianos de izquierdas, B. Mussolini. Su teoría predicaba el nacionalismo extremo, la «voluntad ilimitada» del Estado y el elitismo de sus gobernantes políticos, y glorificaba la guerra y la expansión. El nacionalsocialismo de Hitler era también una variante característica del fascismo. Los teóricos del fascismo alemán construyeron su ideología sobre la prioridad de los derechos sociales y políticos de un determinado pueblo mítico: los «arios».
Otro punto de vista interpreta el fascismo como una ideología que no tiene un contenido ideológico determinado y que se forma cuando y donde en las aspiraciones ideológicas y prácticas de las fuerzas políticas pasan a primer plano los objetivos de supresión de la democracia y la sed de violencia y de terror, que se anteponen a las tareas de captación y utilización del poder.
Las doctrinas que basan sus exigencias en postulados y valores religiosos también quieren reconstruir la realidad política según sus propios principios e influir en la mentalidad de la gente. Algunos vinculan su propia imagen del mundo a los ideales democráticos, como la ideología demócrata-cristiana. Otros son fundamentalistas: el judaísmo ortodoxo, el sijismo, el fundamentalismo islámico, etc., diversas ideologías de izquierda y de derecha: el neorrusismo y la Nueva Derecha. La ideología de la «comunidad», que predica un «nuevo estilo de vida» mediante la creación de diversas comunidades vecinales, profesionales y de otro tipo, construidas con espíritu de hermandad y solidaridad local de los ciudadanos que luchan por la «felicidad inmediata», tiene una importante influencia política en algunos países. El feminismo implica una lucha por la plena igualdad de las mujeres en la sociedad. Diversas ideologías y enseñanzas ecológicas («verdes») tratan de evitar la autodestrucción de la humanidad luchando por preservar el medio ambiente, desarrollar el capital colectivo y frenar el crecimiento demográfico. También se están difundiendo numerosos conceptos futurológicos.